KennetticaNoticias.- Las vacunas basadas en el ARN mensajero (Pfizer y Moderna) ofrecen una inmunidad «robusta» y «persistente» que podría proteger al ser humano durante años, sugieren los resultados de un nuevo estudio.
Este descubrimiento llega en un contexto en el que se está valorando la administración de dosis de refuerzo para prolongar en el tiempo la protección de las vacunas contra el coronavirus, y que podrían no ser necesarias en el caso de aquellas personas que hayan padecido COVID-19 antes de recibir la inyección, según algunas investigaciones.
De acuerdo con estudios pasados, en las personas que han superado el COVID-19 las células inmunitarias que reconocen el virus (llamadas células B de memoria) permanecen quietas en la médula ósea durante al menos 8 meses después de la infección, y durante mínimo un año después de esta siguen madurando y fortaleciéndose.
Estos hallazgos han servido de base para que los investigadores hayan sugerido que la inmunidad contra el coronavirus podría durar años o incluso toda la vida en el caso de las personas infectadas y luego vacunadas. Pero, ¿sucede lo mismo con la vacunación por sí sola? En eso se ha centrado el nuevo estudio, liderado por Ali Ellebedy, inmunólogo de la Universidad de Washington en St. Louis (Estados Unidos).
Quince semanas después, las células de memoria que reconocían el coronavirus no habían disminuido, y el centro germinal (una estructura en los nódulos linfáticos, que se forma tras la vacuna o la infección, y donde las células B aprenden a identificar y combatir el virus) seguía siendo muy activo en los 14 participantes. #Nacionales #Salud #Ciencia #Pensilvania #Filadelfia #KennettSquare #KennetticaRadio #Noticias