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«Diarrea en el Aire: Un Viaje que Giró de Regreso»
En una noche que prometía ser tranquila en el cielo, un vuelo de Delta Air Lines desde Atlanta a Barcelona tuvo que dar la vuelta debido a un incidente un tanto… digamos, inusual. ¿La causa? Bueno, digamos que fue una situación que involucró un enemigo silencioso: ¡la diarrea!
El Airbus A350 despegó como cualquier otro vuelo, lleno de esperanzas y sueños de aventuras en tierras españolas. Pero, cuando estaban volando sobre el centro de Virginia, la tripulación se enfrentó a un problema serio… olfativo. Sí, un pasajero tuvo un desafortunado episodio gastrointestinal, y el olor en el avión comenzó a rivalizar con el de una granja.
[media-credit name=»Foto: composición LR/iStok» align=»alignnone» width=»600″][/media-credit]
El piloto, valiente como siempre, decidió que la seguridad biológica era la prioridad número uno, así que se comunicó con el control de tráfico aéreo y dijo algo como: «Oigan, tenemos un problema aquí, alguien liberó un aroma no deseado en el avión, mejor damos media vuelta».
Y así, el vuelo DL 194 regresó a Atlanta más rápido que un rayo, lo cual no fue precisamente un placer para los pasajeros que tenían en mente la soleada Barcelona.
Luego de un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson, los equipos de Delta trabajaron arduamente para limpiar y desodorizar el avión. ¡Imaginen la tarea!
[media-credit name=»Delta Air Lines tiene su sede en el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson en Atlanta.» align=»none» width=»600″][/media-credit]
Finalmente, después de un retraso de más de ocho horas, el vuelo despegó nuevamente, y esta vez, llegaron a Barcelona sin incidentes adicionales, aunque con algunas anécdotas para compartir en la cena.
Un portavoz de Delta se disculpó con los pasajeros por el retraso y las molestias en sus planes de viaje, pero seguro nadie olvidará este vuelo tan fácilmente.
Uno de los pasajeros, Habib Battah, describió el olor en el avión como «estiércol» y, aunque intentó alertar a una azafata, terminó encargándose de la limpieza por sí mismo con toallitas húmedas. Incluso le ofrecieron mantas de clase ejecutiva para lidiar con los desechos. ¡Definitivamente una experiencia única en el aire!
Así que, queridos lectores, la próxima vez que estén en un vuelo largo, recuerden: llevar un ambientador en el bolsillo podría ser la clave para una travesía más agradable. ¡Bon voyage!